Valentín García
“MORAZÁN…una tierra con calor humano”.
(Julio – agosto 2003 y 2004)
Ha pasado algún tiempo desde que tuve el placer de vivir durante unos meses en el departamento de Morazán, concretamente en San Francisco Gotera.
Sigo teniendo la sensación de que una parte de mí sigue estando por esas calles, lugares entrañables, gente humilde y grande como personas, además de paisajes que se quedan grabados para siempre.
En ese tiempo vivimos el proceso de cambio hacia lo que es ahora FUNDEMAC, que con gran esfuerzo se está consolidando como una iniciativa fundamental en el desarrollo educativo de la zona. Es ahí, en el ámbito de la educación, donde el progreso se hace realidad de una forma tangible con resultados que ya se están recogiendo.
El trabajo que desarrollamos supuso el contacto con personas que tenían muchas ganas de mejorar, no es tarea fácil, pero sí es importante el hacerlo desde la humildad que les engrandece cada día y sobre todo, el deseo de aprender para ir un paso adelante a pesar de toda su compleja realidad.
No era la primera vez que estaba en El Salvador, pero sí en distinta zona. Siempre que decíamos que estábamos en Morazán venían los comentarios del calor, zona castigada por la guerra…pero también zona llena de increíbles paisajes, zona potencial de turismo, zona de gran calor humano, en definitiva un territorio olvidado lleno de gente olvidada como si tuvieran la culpa de algo.
Nuestra labor diaria la podría resumir en pocas palabras y era el estar en contacto con la gente de las diferentes localidades donde hacíamos nuestro trabajo, lo que realmente enriquecía nuestro espíritu:
- Con los maestros/as y los niños/as de escuelas de Morazán, de una parte, claro está, vivimos experiencias inolvidables tratando de transmitirles ese pedazo de alegría y motivación que por muchas causas, a veces, creían tener olvidado, pero que enseguida recuperaban para practicar la fabricación de sonrisas cada día.
- También con los promotores/as de salud, personas que siguen luchando porque la salud llegue hasta los lugares más recónditos del país, todo ello realizado sin apenas recursos pero sí con una gran capacidad de estar con la gente.
- Ahí estaban los jóvenes, siempre activos y atentos a nuestras informaciones, acciones que tratamos de canalizar para que ellos/as supieran que eran los protagonistas de cada función. Su vida no era fácil, pero su futuro muy grande e importante.
Seguro que algún día volveré, mis circunstancias personales dieron un gran vuelco antes de venirme ese año a España, conocí a una persona muy importante en mi vida y mi unión con El Salvador es todavía más estrecha.
Hablando de personas, no puedo dejar de nombrar, en representación de todas a mi contacto con la realidad del día a día, el motor de FUNDEMAC, esa persona con la que charlamos y charlamos de cómo iban a ser los próximos días, de nuestro futuro, del futuro, riendo, discutiendo, pero sobre todo forjando una importante amistad a pesar de la lejanía y muchas veces echando de menos algo más de contacto. Sigo pensando que haremos algo importante juntos y esa tierra me espera, quizás me falte ser consciente de que sirvo más allá que acá.
Valentín García
Zaragoza.